martes, 21 de abril de 2020

Confinamiento DIA X

Hola a tod@s!

De nuevo vuelvo por aquí, ya que es mi rinconcito de desahogo particular, y como no, en estos tiempos de confinamiento, no hay mejor lugar para escribir que este no? aunque suene a eco y no me lea nadie, se que me servirá de mucho.
La verdad es que llevo tiempo dándole vueltas a como darle la vuelta a todo. De como volver a ser un poco mas yo, ya que hace unos años me perdí bastante y no logro volverme a encontrar del todo. Os ha pasado?
Me hago preguntas del tipo: que es lo que mas te gustaría hacer? te gusta donde estas ahora? que te gustaría cambiar?. Pues bien, la verdad es que son muchas las cosas que me gustan y que me gustaría hacer, algunas dan mucho vértigo, algunas son casi imposibles pero ahí están, algunas simplemente son imposibles.
Que os gustaría hacer con vuestra vida? os dedicáis a lo que mas os gusta?
A veces, las personas que te compañan no creen mucho en ti ni en tus sueños, porque precisamente parecen irreales pero en ello, estoy bastante acostumbrada. Alguna vez habeis escuchado eso de "eso que quieres hacer no sirve para nada, no te va a dar de comer" ya... pero y si me llena el alma?

Soy una persona con mucha imaginación pero incapaz de llevar a cabo lo que imagino. No lo puedo transmitir a mis manos por ejemplo para dibujar algo que está en mi cabeza.
En cantar por ejemplo, se me da bien, necesito mucha practica pero no lo hago nada mal. Dejé un coro que me gustaba mucho porque iba a empezar una nueva vida en otro sitio y aún así no he vuelto a intentarlo. Porque? por falta de apoyo? no lo se muy bien...

Bueno, el caso es que me voy a desahogar mas por aquí y me encantaría que si alguien me lee y quiere compartir conmigo algo de lo que siente y piensa, aquí estaré.

Gracias por leerme!


Nuna*

viernes, 31 de agosto de 2018

Hoy no hablo yo


Cuantas cosas nos indignan de la sociedad. Demasiadas. Tenemos tantos frentes abiertos q ya no sabemos a cuál dedicarnos. No podemos dejar de pensar en todo y en nada al mismo tiempo y claro, eso nos agota. Entramos en bucle con nosotros mismos y nuestro pensamiento. Es una pelea continua de sentimientos encontrados. Es un sinfín de maneras de ver las cosas, de imágenes indefinidas que no dejan de sorprendernos. Tantos mensajes sobre nosotros que no vemos o no sabemos entender y ahí están. Lo subliminal es atractivo. La mente nos habla continuamente y eso nos hace dar más vueltas a las cosas.
Cuantas veces has anhelado un momento solo tuyo, para ti. Para entenderte, para conocerte, para saber que sientes, que piensas. El barullo de lo externo no te deja ver más allá de tus narices y aun así te empeñas en seguir porque es lo que toca. Todo es muy exagerado, demasiado grande para ti, pero realmente ¿a qué hemos venido? A seguir. A seguir avanzando lo mejor posible. Porque? Porque es lo que nos han enseñado, lo que nos han dicho que tenemos que hacer por nuestro bien.
Cuidarnos, eso deberíamos tenerlo claro pero muchas veces no es nuestra prioridad. Preferimos vivir de recuerdos, de lo que éramos antes que parecía mejor que ahora y seguir. Nos agarramos a lo que sea. Ideas, imágenes, música, palabras….
Hoy no hablo yo, habla mi mente, mis historias, y mis manos solo lo escriben. A veces lo mejor es gritar en el momento, a veces es mejor romper cadenas en el instante en que te sientes atado que no después. Hemos sido valientes. Hemos sido grandes. Hemos sido lo que hemos tenido que ser en cada momento y aun así nunca ha sido suficiente. Hemos seguido las estrellas hasta sentirnos estrellados, hemos sentido el agua caer y aun así no sentirnos mojados, no sentirnos conformes. La conformidad no existe. No es real. La zona de confort no existe. Solo nos creemos que existe porque es un lugar seguro para nosotros donde poder expresarnos libremente. Una vez nos rompen la barrera ya no sabemos qué hacer. Nos sentimos vulnerables… solos, desquiciados, abandonados. Y lloramos. Lloramos hasta no poder más. Y corremos, hasta no poder más. Nadie nos entiende. Nos agotamos y salimos a correr otra vez porque así somos, incansables. No tenemos sentido, más que el nuestro, el sentir nuestro, de nuestros huesos, de nuestras historias, de nuestros pensamientos, de nuestro ser. Sentirnos nosotros. Quererme fue difícil, es una guerra interminable contra mí misma que no puedo batallar, me resulta inútil entender por qué…. Pero así es. Difícil, aunque lo conseguiré, pero el camino es recto y alto…. Sube muy arriba. Lo veo. Lo siento.

No sé por qué lo escribo, pero así lo siento. Así sale de mi cabeza, de mi corazón, de mi alma.

Gracias por leerlo.



.Nainuna*

lunes, 17 de julio de 2017

Mirando al cielo

Hace unos cuantos años, un trocito de mi vida se marchó para siempre. Me dolió tanto que mi mirada no cambió hasta dentro de muchos meses. Ese día no podía hablar mucho. Me costaba horrores entender lo que había pasado y eso que con 20 años no era difícil, pero mi cabeza se negaba a aceptar los cambios. Cuando me despedí de ella le prometí ser feliz pero a cambio le pedí que no me abandonara, ni a mí ni a mi familia. Ella se reencontró con el amor de su vida y yo seguí buscando mi camino y protegiendo lo que más quería.

Al ver mi mirada triste, deshecha y que no miraba hacia ningún lugar en concreto, me dijeron que me leyera un libro. Un libro que tardé mucho tiempo en leer aunque en realidad me lo debería haber leído en el colegio, nunca lo hice. Debería haberlo hecho, vaya que si debería.
Un día decidí comprármelo, por casualidades de la vida o por el mismo destino, lo vi delante mío sin ni siquiera darme cuenta. Lo cogí, lo hojee un poco y decidí comprarlo. Me lo leí en muy pocos días. Intenté captar la esencia de todas las palabras y en sentido de todos los parágrafos. No me pude desenganchar hasta leer la última frase. Y por fin, encontré tranquilidad. Pude despedirme bien de ella. Pude entender que nunca desaparecería, que desde donde estuviera, la vería brillar como una estrella más.


“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.

El Principito


viernes, 26 de mayo de 2017

Déjame que te cuente

Siéntate a mi lado por favor, déjame que te cuente lo que siento.
De un tiempo a esta parte, has cambiado mucho. No es que lo diga yo, lo dicen tus ojos, tu sonrisa (muchas veces triste). Lo dicen tus actos.

No quiero que me tomes en serio, ya que nunca lo has hecho, no vendré yo ahora a decirte lo que tienes que hacer. Dios me libre! Solo quiero decirte lo que siento. Puedo?

Déjame que te cuente todo este tiempo que he pasado sin ti. Esos minutos, horas, días, meses que han ido pasando y que tu ni tan siquiera les has dado importancia. Para ti el tiempo todo lo cura, para mi el tiempo lo que hace es acelerar el olvido. Las cosas que duelen siempre estarán ahí, solo las enterramos, corremos un tupido velo y seguimos con nuestro camino. Pues no, no quiero eso. Cada dolor, cada página que paso, cada capítulo que dejo sin cerrar para mi es una herida tapada que no se cura. Se van poniendo capas de fortaleza y no, no se debe hacer así.

Déjame que te cuente que he ido aprendiendo he aprendido a no escuchar tonterías, a entender cuando una palabra viene del corazón y cuando viene de la cabeza. He aprendido a no saber entenderte porque no tengo necesidad de ello. He aprendido a no correr a buscarte porque no te necesito. He aprendido a priorizar momentos que solo yo puedo sentir.

Déjame que te cuente que ahora me pongo a mi por delante. Que antes que nada va mi vida y el fruto de mis anhelos, lo que más quiero en este mundo.

Déjame que te cuente que si no sabes lo que siento no me digas que no lo sienta.

Déjame que te cuente que no estás haciendo lo mejor aunque eso ya lo sabes verdad?


Déjame que te cuente que todo cambia y yo también.


viernes, 18 de noviembre de 2016

Volver a empezar!

Reconvertirse, limpiar el alma… parece todo muy místico pero realmente parece que es lo que se necesita de tanto en cuando no?
Después de tantos cambios en todos los aspectos de mi vida, de dar prioridad a muchas cosas y poca a otras cuantas, te paras a pensar y coges esa balanza olvidada en un armario, de cuya abuela no quiero acordarme, y empiezas a poner todo lo que te ha ido pasando, a ver si así y de una vez por todas, recompones las 4 piezas que te quedan por poner en el fantástico puzzle de tu vida. Pero como siempre pasa, sobre todo cuando va a pasando el tiempo y tenías más que olvidado ese puzzle, parece que faltan piezas… no pasa nada! Don’t cry my firend! Llegarán piezas nuevas, de donde menos te lo esperes, y así es. Y de esas piezas nuevas saldrán otras y así continuamente, hasta que ves que muchas de las piezas viejas ya han desaparecido y han sido sustituidas. Nuevamente empieza el ciclo, y tú, mi querida amigui, te haces mayor. El tiempo pasa, y tu cuerpo lo sabe. Y es por ello, que por tu cabeza pasan más y más cosas. En mi caso, no paran de pasar chupetes, cunas, pañales…. Madre mía que mareo!
Ha llegado la época (supongo que será por la edad) en la que TODO tu entorno de amigos y familiares, cual aves rapaces, no paran de atacarte con perlas del tipo: “para cuando el bebé?”, “no has pensado en tener un bebé?” “ya tienes una edad para ir pensando en el bebé. No querrás ser de esas madres mayores verdad?”. Y tú, respiras y respiras y respiras hasta que la sangre vuelve a entrar en tus venas. Pero bueno, en el fondo sabes que quieres, que lo deseas pero no es el momento, o no te ves capaz. Siempre me ponía escusas varias pero en el fondo siempre estaba ahí… acechándome! La idea de ser mamá me daba pánico y alegría a partes iguales. Incluso soñaba con ello y cuando me despertaba me tocaba la barriga para ver si era real.
Después de algún tiempo re planteándome muchas cosas de mi vida, por fin decidimos, tanto mi marido como yo empezar la búsqueda. Y después de 6 meses… Estoy embarazada!
Un montón de sentimientos se agolparon en mi cabeza cuando me enteré. No sabía si reír, llorar, gritar… esa noche, no dormí nada y claro, a consecuencia de ello, estuve varios días insoportable (NO! No eran las hormonas. O eso quiero pensar jaja). Finalmente, me calmé, y dejé que todo fluyera. Era lo que quería, lo que deseaba, pero hasta que no vi que todo era tal y como tenía que ser (la primera eco, los primeros análisis, los primeros latidos de su corazón…) no me tranquilicé y empecé a disfrutar de todo.
Ahora, estando de 23 semanas, lo estoy disfrutando. Estoy viviendo cosas increíbles, pero no dejo de tener ese miedo que nos acecha a todas las mamas primerizas.


Seguimos!

jueves, 16 de junio de 2016

Que cada cual...

Y cada cual…     
Que aguante su vela. Eso te decía tu madre cada vez que te quejabas que las cosas eran difíciles, o que habías tenido problemas con alguien. Con el paso de los años has ido cambiando. Deberías haberte hecho mas fuerte pero por el contrario han ido menguando tus fuerzas, así como tu paciencia. Crees que puedes aguantarlo todo, que todo es genial y maravilloso de cara a los demás y cuando te quieres dar cuenta, todo es un cuento. Pues si, querida mía, así es. Bienvenida a la realidad de esta sociedad mediocre y llena de postureos de la que formamos parte. Nos toca vivir en la era de que si no muestras todo lo que haces y alardeas de todas las cosas que haces y que todo te va genial, no eres feliz. Es la época de “no tengo tiempo”, “voy super liado/a”, “es que no me contestas los whatsapps”, “es que ya no publicas nada”... nos tragamos cualquier cosa. Hemos centrado tanto nuestras vidas en las nuevas tecnologías que nos pasamos la vida mirando una pantalla que lo único que nos aporta es malestar en muchas ocasiones. Hace poco leí que la gente estaba volviendo a los llamados “tonto-móviles” y la verdad es que me parece genial. Nos hemos olvidado de lo que es ir a tomar un café, tener conversaciones hasta altas horas de la madrugada sin preocuparte de lo que será TT en twitter o lo que habrán publicado esa persona que tanta manía le tienes en Facebook. Solo con tener un aparato para que te llamen cuando realmente lo necesita o si quieres quedar, pues me mandas un mensaje y listo. Si quieres saber las noticias, compra el periódico. Es para planteárselo?
Deberías parar. Estate quieta durante un rato y piensa en si lo que estas sintiendo vale realmente la pena. En si las personas por las que muchas veces has sufrido, valen la pena. Sabes que si alguien quiere verte, te verá. Si alguien quiere estar contigo o saber de ti, te buscará. Si quieres algo, búscalo como lo has hecho otras veces.

Planteo una cuestión entonces: ¿No sería mejor dejar de hacerle fotos / vídeos a todo lo que vemos y centrarnos en ello? Vivirlo, disfrutarlo. Llámame loca, pero me lo estoy empezando a plantear.


*Nuna.


lunes, 28 de marzo de 2016

Aprendiendo

El tiempo pasa muy rápido, y cuando te quieres dar cuenta, se acaba y no has hecho ni la mitad de lo que tenías apuntado en esa lista imaginaria que te habías hecho con la esperanza de que esta vez SI que lo conseguías.

Después de unos meses sin pasar por aquí, y no por no tener nada que escribir, al contrario, ya que tengo una libreta llena de escritos que quería colgar, he vuelto para desahogarme de nuevo.

He aprendido muchas cosas a lo largo de todos estos meses. He aprendido a aguantar las ganas de chillar, salir corriendo, incluso golpear por impotencia. He aprendido a saber cortar a tiempo las ataduras que tanto me llevaban a preguntarme el "porque" de las cosas. He aprendido a saber contestar, a saber soportar o mas bien a saber entender como es cada cual de los que me rodean. He aprendido a llamar si necesito ayuda, he aprendido a hablar sin tener que comerme las palabras por el miedo al "qué pensaran de mi". He aprendido a mirar a los ojos, a saber reírme, y a aguantar la sonrisa en momentos en los que ni siquiera quería sonreír. Pero sobretodo he aprendido a sacarme la máscara que me ponía por miedo a que no me aceptaran. Esa maldita mascara que hacía que todo lo que me ocurría no se notara, y así, nadie preguntaba.

Aún me queda muchísimo que aprender, pero se que poco a poco lo voy a ir consiguiendo. Quiero aprender muchas cosas todavía.

Seguimos.



.Nuna*