viernes, 18 de noviembre de 2016

Volver a empezar!

Reconvertirse, limpiar el alma… parece todo muy místico pero realmente parece que es lo que se necesita de tanto en cuando no?
Después de tantos cambios en todos los aspectos de mi vida, de dar prioridad a muchas cosas y poca a otras cuantas, te paras a pensar y coges esa balanza olvidada en un armario, de cuya abuela no quiero acordarme, y empiezas a poner todo lo que te ha ido pasando, a ver si así y de una vez por todas, recompones las 4 piezas que te quedan por poner en el fantástico puzzle de tu vida. Pero como siempre pasa, sobre todo cuando va a pasando el tiempo y tenías más que olvidado ese puzzle, parece que faltan piezas… no pasa nada! Don’t cry my firend! Llegarán piezas nuevas, de donde menos te lo esperes, y así es. Y de esas piezas nuevas saldrán otras y así continuamente, hasta que ves que muchas de las piezas viejas ya han desaparecido y han sido sustituidas. Nuevamente empieza el ciclo, y tú, mi querida amigui, te haces mayor. El tiempo pasa, y tu cuerpo lo sabe. Y es por ello, que por tu cabeza pasan más y más cosas. En mi caso, no paran de pasar chupetes, cunas, pañales…. Madre mía que mareo!
Ha llegado la época (supongo que será por la edad) en la que TODO tu entorno de amigos y familiares, cual aves rapaces, no paran de atacarte con perlas del tipo: “para cuando el bebé?”, “no has pensado en tener un bebé?” “ya tienes una edad para ir pensando en el bebé. No querrás ser de esas madres mayores verdad?”. Y tú, respiras y respiras y respiras hasta que la sangre vuelve a entrar en tus venas. Pero bueno, en el fondo sabes que quieres, que lo deseas pero no es el momento, o no te ves capaz. Siempre me ponía escusas varias pero en el fondo siempre estaba ahí… acechándome! La idea de ser mamá me daba pánico y alegría a partes iguales. Incluso soñaba con ello y cuando me despertaba me tocaba la barriga para ver si era real.
Después de algún tiempo re planteándome muchas cosas de mi vida, por fin decidimos, tanto mi marido como yo empezar la búsqueda. Y después de 6 meses… Estoy embarazada!
Un montón de sentimientos se agolparon en mi cabeza cuando me enteré. No sabía si reír, llorar, gritar… esa noche, no dormí nada y claro, a consecuencia de ello, estuve varios días insoportable (NO! No eran las hormonas. O eso quiero pensar jaja). Finalmente, me calmé, y dejé que todo fluyera. Era lo que quería, lo que deseaba, pero hasta que no vi que todo era tal y como tenía que ser (la primera eco, los primeros análisis, los primeros latidos de su corazón…) no me tranquilicé y empecé a disfrutar de todo.
Ahora, estando de 23 semanas, lo estoy disfrutando. Estoy viviendo cosas increíbles, pero no dejo de tener ese miedo que nos acecha a todas las mamas primerizas.


Seguimos!

jueves, 16 de junio de 2016

Que cada cual...

Y cada cual…     
Que aguante su vela. Eso te decía tu madre cada vez que te quejabas que las cosas eran difíciles, o que habías tenido problemas con alguien. Con el paso de los años has ido cambiando. Deberías haberte hecho mas fuerte pero por el contrario han ido menguando tus fuerzas, así como tu paciencia. Crees que puedes aguantarlo todo, que todo es genial y maravilloso de cara a los demás y cuando te quieres dar cuenta, todo es un cuento. Pues si, querida mía, así es. Bienvenida a la realidad de esta sociedad mediocre y llena de postureos de la que formamos parte. Nos toca vivir en la era de que si no muestras todo lo que haces y alardeas de todas las cosas que haces y que todo te va genial, no eres feliz. Es la época de “no tengo tiempo”, “voy super liado/a”, “es que no me contestas los whatsapps”, “es que ya no publicas nada”... nos tragamos cualquier cosa. Hemos centrado tanto nuestras vidas en las nuevas tecnologías que nos pasamos la vida mirando una pantalla que lo único que nos aporta es malestar en muchas ocasiones. Hace poco leí que la gente estaba volviendo a los llamados “tonto-móviles” y la verdad es que me parece genial. Nos hemos olvidado de lo que es ir a tomar un café, tener conversaciones hasta altas horas de la madrugada sin preocuparte de lo que será TT en twitter o lo que habrán publicado esa persona que tanta manía le tienes en Facebook. Solo con tener un aparato para que te llamen cuando realmente lo necesita o si quieres quedar, pues me mandas un mensaje y listo. Si quieres saber las noticias, compra el periódico. Es para planteárselo?
Deberías parar. Estate quieta durante un rato y piensa en si lo que estas sintiendo vale realmente la pena. En si las personas por las que muchas veces has sufrido, valen la pena. Sabes que si alguien quiere verte, te verá. Si alguien quiere estar contigo o saber de ti, te buscará. Si quieres algo, búscalo como lo has hecho otras veces.

Planteo una cuestión entonces: ¿No sería mejor dejar de hacerle fotos / vídeos a todo lo que vemos y centrarnos en ello? Vivirlo, disfrutarlo. Llámame loca, pero me lo estoy empezando a plantear.


*Nuna.


lunes, 28 de marzo de 2016

Aprendiendo

El tiempo pasa muy rápido, y cuando te quieres dar cuenta, se acaba y no has hecho ni la mitad de lo que tenías apuntado en esa lista imaginaria que te habías hecho con la esperanza de que esta vez SI que lo conseguías.

Después de unos meses sin pasar por aquí, y no por no tener nada que escribir, al contrario, ya que tengo una libreta llena de escritos que quería colgar, he vuelto para desahogarme de nuevo.

He aprendido muchas cosas a lo largo de todos estos meses. He aprendido a aguantar las ganas de chillar, salir corriendo, incluso golpear por impotencia. He aprendido a saber cortar a tiempo las ataduras que tanto me llevaban a preguntarme el "porque" de las cosas. He aprendido a saber contestar, a saber soportar o mas bien a saber entender como es cada cual de los que me rodean. He aprendido a llamar si necesito ayuda, he aprendido a hablar sin tener que comerme las palabras por el miedo al "qué pensaran de mi". He aprendido a mirar a los ojos, a saber reírme, y a aguantar la sonrisa en momentos en los que ni siquiera quería sonreír. Pero sobretodo he aprendido a sacarme la máscara que me ponía por miedo a que no me aceptaran. Esa maldita mascara que hacía que todo lo que me ocurría no se notara, y así, nadie preguntaba.

Aún me queda muchísimo que aprender, pero se que poco a poco lo voy a ir consiguiendo. Quiero aprender muchas cosas todavía.

Seguimos.



.Nuna*