lunes, 17 de julio de 2017

Mirando al cielo

Hace unos cuantos años, un trocito de mi vida se marchó para siempre. Me dolió tanto que mi mirada no cambió hasta dentro de muchos meses. Ese día no podía hablar mucho. Me costaba horrores entender lo que había pasado y eso que con 20 años no era difícil, pero mi cabeza se negaba a aceptar los cambios. Cuando me despedí de ella le prometí ser feliz pero a cambio le pedí que no me abandonara, ni a mí ni a mi familia. Ella se reencontró con el amor de su vida y yo seguí buscando mi camino y protegiendo lo que más quería.

Al ver mi mirada triste, deshecha y que no miraba hacia ningún lugar en concreto, me dijeron que me leyera un libro. Un libro que tardé mucho tiempo en leer aunque en realidad me lo debería haber leído en el colegio, nunca lo hice. Debería haberlo hecho, vaya que si debería.
Un día decidí comprármelo, por casualidades de la vida o por el mismo destino, lo vi delante mío sin ni siquiera darme cuenta. Lo cogí, lo hojee un poco y decidí comprarlo. Me lo leí en muy pocos días. Intenté captar la esencia de todas las palabras y en sentido de todos los parágrafos. No me pude desenganchar hasta leer la última frase. Y por fin, encontré tranquilidad. Pude despedirme bien de ella. Pude entender que nunca desaparecería, que desde donde estuviera, la vería brillar como una estrella más.


“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.

El Principito


viernes, 26 de mayo de 2017

Déjame que te cuente

Siéntate a mi lado por favor, déjame que te cuente lo que siento.
De un tiempo a esta parte, has cambiado mucho. No es que lo diga yo, lo dicen tus ojos, tu sonrisa (muchas veces triste). Lo dicen tus actos.

No quiero que me tomes en serio, ya que nunca lo has hecho, no vendré yo ahora a decirte lo que tienes que hacer. Dios me libre! Solo quiero decirte lo que siento. Puedo?

Déjame que te cuente todo este tiempo que he pasado sin ti. Esos minutos, horas, días, meses que han ido pasando y que tu ni tan siquiera les has dado importancia. Para ti el tiempo todo lo cura, para mi el tiempo lo que hace es acelerar el olvido. Las cosas que duelen siempre estarán ahí, solo las enterramos, corremos un tupido velo y seguimos con nuestro camino. Pues no, no quiero eso. Cada dolor, cada página que paso, cada capítulo que dejo sin cerrar para mi es una herida tapada que no se cura. Se van poniendo capas de fortaleza y no, no se debe hacer así.

Déjame que te cuente que he ido aprendiendo he aprendido a no escuchar tonterías, a entender cuando una palabra viene del corazón y cuando viene de la cabeza. He aprendido a no saber entenderte porque no tengo necesidad de ello. He aprendido a no correr a buscarte porque no te necesito. He aprendido a priorizar momentos que solo yo puedo sentir.

Déjame que te cuente que ahora me pongo a mi por delante. Que antes que nada va mi vida y el fruto de mis anhelos, lo que más quiero en este mundo.

Déjame que te cuente que si no sabes lo que siento no me digas que no lo sienta.

Déjame que te cuente que no estás haciendo lo mejor aunque eso ya lo sabes verdad?


Déjame que te cuente que todo cambia y yo también.